miércoles, 10 de diciembre de 2008

maximizar con lo minimo


Un aspecto clave de la arquitectura creada por Cristian Valdés conocido por el diseño de la silla que lleva su nombre y reciente Premio Nacional de Arquitectura 2008, es que estruja todas las posibilidades que tiene un terreno. Por esto, el emplazamiento del espacio habitable -especialmente en sus viviendas unifamiliares - mas que situar una edificación- crea una configuración paisajistica rica en enfoques y tensiones espaciales


Esta maximización de recursos espaciales respecto de lugar y contexto es el tema que se quiere acentuar.
Pasa con este arquitecto, lo que sucede con las canciones de relleno en los CD o antiguos LP. No siendo un éxito top de enganche pegajoso, permite explorar su obra creativa muy lentamente, sorprendiendo con cualidades profundas que nos exigen superar la propia superficialidad e incapacidad de ver riqueza y sabiduria en lo simple, como seria contemplar un bonsai o caminar en un jardin zen.
Su capacidad para sacarle partido a los contornos de un lugar, a la conformacion del espacio exterior, a la dinamica de los recorridos que surgen de ello revela una maestria en el como se emplaza y se relaciona lo interior con lo exterior. La manera como la arquitecturizacion del espacio se apropia de cada cm2 del terreno en el entendido que “la totalidad del lugar es la arquitectura”, permite que este dominio sobre el paisaje lejano y cercano se “adueñe” de todo el suelo, y simultaneamente se desprenda de el. Como un velado secreto, lo funcional de los recintos pasa a ser un pretexto para sentir y vivir el espacio y entrar en plenitud con lo natural, base de la armonia hombre-cosmos.
El deseo de abarcar de mejor manera lo geografico, llegando a los limites para atrapar el cielo destapado y el horizonte, casi desgravitando, indica que lo mas importante de la arquitectura es el espacio como vacio, siendo el lleno un resultado, no un fin en si mismo. El merito es que todo esto se genera en lotes minimos, con las reglas del DFL2 y recursos materiales casi franciscanos.
El rodear el sitio, el cruzarlo en ejes, el ir y venir direccionado que va descubriendo distintas instancias dentro de limites muy acotados, pero que parecen escapar a lo mensurable es algo que hoy la arquitectura mas marquetera parece obviar, otorgando una primacia a la imagen estatica mas que a la experiencia de vivir y recorrer el espacio. La sensacion que se tiene de mucha produccion arquitectonica en que parecen prototipos “ puestos” en un lote como volumenes islas que buscan embelezar como formas en si, olvidando esto tan basico. La arquitectura vista como paisaje construido en que la relacion abierto cerrado y sus infinitas variaciones permite con elementos configuradores minimos, que el juego espacial sea el protagonista, y el habitar tensione al maximo el dentro-fuera.
Esta dimension espacial, cada vez mas escasa en nuestra arquitectura suburbana, que recurre monotematicamente al volumen desconectado entre panderetas, es la antitesis, de lo que estoy hablando. Volver a lo esencial, sin recurrir al artificio, al adjetivo accessorio, a la obviedad de la imagen es lo que todos debieramos leer y aprender de su obra.


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