¿Y qué me da el Colegio? es la respuesta que habitualmente esgrime un arquitecto colegiado pasivo, un arquitecto no colegiado a partir del año 1981 o cualquier joven egresado, cuando lo invitamos a participar en el gremio y a menudo no podemos responder satisfactoriamente.
Es necesario entonces precisar que un arquitecto colegiado activo aporta durante los 50 años de permanencia, hasta que alcanza el grado de Arquitecto Honorario, en que deja de cotizar manteniendo beneficios, una cantidad ínfima a su colegio.
Si consideramos que el 1º año sólo aporta el 25% de la cuota, el 2º año el 50%, el 3º año el 75%, durante 33 años el 100% hasta alcanzar el grado de Miembro Vitalicio y los últimos 15 años el 75% por ser nominado miembro de Honor; esto, con es una cuota normal mensual de $10.000 alcanza a $5.385.000 que corresponde a $295 diarios.
El asociado recibe como beneficio 3 o 4 revistas CA. anuales, lo que implica entre 150 a 200 ejemplares mientras cotiza; si participa de una charla técnica mensual y un seminario cada 2 meses, tendrá entre 600 charlas y 300 seminarios para su perfeccionamiento; podrá participar como asistente, concursante o expositor en 25 Bienales de Arquitectura, participar en comités o comisiones de trabajo, donde pueda volcar sus inquietudes, experiencia y conocimientos, participar de 25 Congresos de Arquitectos para exponer sus inquietudes gremiales, participar en concursos patrocinados por nuestro Colegio, optar por iniciar ejercicio profesional a través del ejercicio SAT., de participar en varias actividades organizadas por el colegio y además integrar la red social que esto implica.
Desde nuestra fundación como Colegio Profesional el año 1942 en que para ejercer se debía ser colegiado, hasta la promulgación del DL. 3.621/81 en que nos convirtieron en Asociaciones Gremiales contábamos con 3.810 arquitectos, muchos de ellos ya fallecidos y en estos 28 años se han inscrito voluntariamente 5.912 arquitectos, no es una proyección lineal de 210 arquitectos anuales, más bien un incremento sustantivo de los últimos 10 años, como consecuencia de la privatización de la enseñanza superior.
Existe un número indeterminado de arquitectos no colegiados o descontentos con el sistema, pero aún mantenemos en nuestros registros 9.722, de los cuales habemos arquitectos colegiados activos, que nos sometemos voluntariamente a reglas y procedimientos propios como la ética profesional que nos diferencia de otros profesionales insertos en el mercado.
Todo esto por $295 diarios, de modo que cuando les pregunten ¿qué me da el Colegio?, tengas los suficientes argumentos para reencantar a aquellos colegas que miran en forma despectiva la acción del colegio.
No quisiera ahondar en otros argumentos como la derogación implícita de parte del Art. 20 DS. Nº884/49 M.O.P. (antigua OGUyC.) que obligaba a presentar el Contrato de Honorarios Profesionales en el expediente de edificación, el que debía ser visado por el Colegio de Arquitectos, aportando al Colegio el 1% de los honorarios a percibir, esto nos ha desfinanciado, imposibilitando emprender acciones sociales, de modo que se debe reflexionar sobre qué hacemos por nuestro Colegio, sin esperar que hace el Colegio por nosotros.
Es necesario entonces precisar que un arquitecto colegiado activo aporta durante los 50 años de permanencia, hasta que alcanza el grado de Arquitecto Honorario, en que deja de cotizar manteniendo beneficios, una cantidad ínfima a su colegio.
Si consideramos que el 1º año sólo aporta el 25% de la cuota, el 2º año el 50%, el 3º año el 75%, durante 33 años el 100% hasta alcanzar el grado de Miembro Vitalicio y los últimos 15 años el 75% por ser nominado miembro de Honor; esto, con es una cuota normal mensual de $10.000 alcanza a $5.385.000 que corresponde a $295 diarios.
El asociado recibe como beneficio 3 o 4 revistas CA. anuales, lo que implica entre 150 a 200 ejemplares mientras cotiza; si participa de una charla técnica mensual y un seminario cada 2 meses, tendrá entre 600 charlas y 300 seminarios para su perfeccionamiento; podrá participar como asistente, concursante o expositor en 25 Bienales de Arquitectura, participar en comités o comisiones de trabajo, donde pueda volcar sus inquietudes, experiencia y conocimientos, participar de 25 Congresos de Arquitectos para exponer sus inquietudes gremiales, participar en concursos patrocinados por nuestro Colegio, optar por iniciar ejercicio profesional a través del ejercicio SAT., de participar en varias actividades organizadas por el colegio y además integrar la red social que esto implica.
Desde nuestra fundación como Colegio Profesional el año 1942 en que para ejercer se debía ser colegiado, hasta la promulgación del DL. 3.621/81 en que nos convirtieron en Asociaciones Gremiales contábamos con 3.810 arquitectos, muchos de ellos ya fallecidos y en estos 28 años se han inscrito voluntariamente 5.912 arquitectos, no es una proyección lineal de 210 arquitectos anuales, más bien un incremento sustantivo de los últimos 10 años, como consecuencia de la privatización de la enseñanza superior.
Existe un número indeterminado de arquitectos no colegiados o descontentos con el sistema, pero aún mantenemos en nuestros registros 9.722, de los cuales habemos arquitectos colegiados activos, que nos sometemos voluntariamente a reglas y procedimientos propios como la ética profesional que nos diferencia de otros profesionales insertos en el mercado.
Todo esto por $295 diarios, de modo que cuando les pregunten ¿qué me da el Colegio?, tengas los suficientes argumentos para reencantar a aquellos colegas que miran en forma despectiva la acción del colegio.
No quisiera ahondar en otros argumentos como la derogación implícita de parte del Art. 20 DS. Nº884/49 M.O.P. (antigua OGUyC.) que obligaba a presentar el Contrato de Honorarios Profesionales en el expediente de edificación, el que debía ser visado por el Colegio de Arquitectos, aportando al Colegio el 1% de los honorarios a percibir, esto nos ha desfinanciado, imposibilitando emprender acciones sociales, de modo que se debe reflexionar sobre qué hacemos por nuestro Colegio, sin esperar que hace el Colegio por nosotros.
MARCOS ARAYA RODRIGUEZ
Vicepresidente de Asuntos Externos
Colegio Arquitectos de Chile (A.G.)
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